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8/6/09

REMODELACION DE LOCAL INSTITUCIONAL

Próximamente se iniciaran trabajos de remodelación en nuestro Local Institucional, y en el acto del Aniversario un grupo se socios y simpatizantes de nuestra Asociación se han comprometido a realizar donaciones de materiales de construcción y dinero en efectivo, cuya lista detallada estaremos publicando más adelante; quedando muy agradecidos a todos ellos por su aporte.

Conforme estaba programado, el día 20 de Setiembre del año en curso se celebro el LXXVII (78) Aniversario de Creación Institucional de la “ASOCIACION HIJOS DE HUAYAN”, acto en la cual se congregaron una gran cantidad de nuestros paisanos huayanos, saborearon el delicioso “Picante de Cuy”, tomaron sus cervecitas y bailaron con la Orquesta de turno; un agradecimiento especial a las “Pallas de Tapacocha”, los “Negritos de Huayán”, “La Succhinita”, Amado Rodríguez, Eloy Zúñiga y otros artistas que colaboraron en la realización de este evento.

3/6/09

FUNDACIÓN DE LA ASOCIACIÓN HIJOS DE HUAYÁN

Un grupo de jóvenes Huayanos inmigraron por los años de 1,925 - 1,931, a la ciudad de Lima en busca de trabajo con la esperanza de encontrar un futuro diferente.La mayoría vivía en distrito de La Victoria, sus reuniones la realizaban en la casa del señor Juan Huayta Gomero, ubicado en la Av. Iquitos N° 1179, Interior 06, La Victoria, eran entre 18 y 20 personas, la práctica deportiva y las competencias que domingo a domingo realizaban se tornaban cada vez de mayor importancia, hecho que les impulsó a formar un club con identificación de huayanos, para las competencias en el campo obrero de La Victoria (hoy frente a Radio Patrulla), al club se le dio por nombre "Club Unión Hijos de Huayán".La Victoria, 17 de Setiembre de 1,931.
Conformación de la primera junta directiva:
  1. Presidente : Sr. Canción Berrocal Gomero
  2. Vicepresidente : Sr. Juan Huayta Gomero
  3. Secretario : Sr. Aurelio Mejía Rodríguez
  4. Prosecretario : Sr. Alejandro Gomero Huayta
  5. Tesorero : Sr. Idelfonso Gomero Mata
  6. Protesorero : Sr. Porfirio Sanchez León
  7. Fiscal : Sr. Andres Gomero
  8. Vocal : Sr. Victor Anaya Rodríguez
  9. Vocal : Sr. Gaspar Berrocal Gomero
Colaboradores:
  • Sr. Pedro Bayona
  • Sr. Humberto Mejía
  • Sr. Isaac Milla Berrocal
  • Sr. Gregorio Mejía Huerta
  • Sr. Teofilo Espiritu Ramirez

CONTINUA RESEÑA DE LA FUNDACION DE LA AHH.

La Asociación “Hijos de Huayán”, tuvo su gestación, primero como “Club Unión Hijos de Huayán”, fundado el 17 de Septiembre de 1931, siendo su primer presidente el señor Canción Berrocal Gomero. Como club, la generación de aquellos años, reunía a todos los huayanos en la capital de la republica y era un ente unificador, especie de consulado provinciano, en la cual a la distancia desde Lima y a prolongado tiempo, se recibía comunicaciones e informaciones de lo que acontecía en nuestro querido pueblo de Huayán y viceversa. En aquellos años no había las carreteras ni las comunicaciones como los tenemos en la fecha, en que la distancia y el tiempo se acortan cada vez más, sobre todo para llegar de Huayán a Lima o de Lima a Huayán; y, todo ello para orgullo y felicidad de quienes nos ha tocado vivir en estos primeros momentos del nuevo milenio……………Fuente: Revista HUAYAN- Diciembre 2007.


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LA DANZA "LOS NEGRITOS DE HUAYAN"
El día 27 de Febrero/2009, el Instituto Nacional de Cultura, mediante Resolución Directoral Nacional N° 286/INC, a cargo de Dra. Cecilia Bakula Budge, declaró PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN a la danza "Los Negritos de Huayán", resolviendo lo siguiente:

  • Artículo Único.- Declarar PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN a la danza "Los Negritos de Huayán", provincia de Huarmey, Región Ancash, en tanto se trata de una manifestación cultural que, por la originalidad de su coreografía y de su música, así como el contenido identitario que tiene para sus portadores, constituye una valiosa expresión del patrimonio inmaterial de Ancash, que contribuye a la afirmación de la identidad colectiva regional y nacional.... (Publicado en el Diario Oficial "El Peruano" el 06/Abril/2009)
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EL RETORNO DE LOS NEGRITOS DE HUAYÁN

Crónica TRADICIONES DE ÁNCASH (Página de EL COMERCIO 06/Enero/2008
Por: Nelly Luna Amancio

  • Cada diciembre, luego de casi diez horas de viaje por una traumática carretera, vuelven a Huayán los hijos que se fueron. La celebración navideña adquiere ribetes de reencuentro.
A primera vista, Huayán, distrito de Huarmey, aparece sumergido en medio de esos inhóspitos cerros que forman la Cordillera Negra. Un acercamiento mayor develará un pueblo de escenario bucólico donde el tiempo todavía se calcula por la luz del sol, con casas de adobe remojadas por las lluvias, donde prevalece el vacío de los hijos que se fueron, que se van. En este poblado de 500 viviendas los silencios vespertinos son apenas quebrados por el rebuzno de una mula hambrienta o la explosión de algún fuego artificial, en Navidad. Aun cuando estas celebraciones convoquen a centenares de familiares de Lima (todos son primos o sobrinos en esta pequeña tierra), y a muchos otros los enfrente momentáneamente en una disputa de barrios ya tradicional en estas fechas, los visitantes de Huayán no dejamos de sentir esa tranquilidad que solo la tierra de nuestros padres nos puede ofrecer. En medio de esa multitud siempre será posible encontrar el alivio tan esquivo de la capital.

BARRIO ARRIBA Y ABAJO

La Navidad de Huayán es un motín de sentimientos sublevados. Durante seis días entre el 23 y el 26 de diciembre-- el pueblo se quiebra en dos. La Plaza de Armas divide al Barrio Arriba del Barrio Abajo. En estas fechas ambos barrios disputan con vehemencia el control de las celebraciones. ¿Quién llevará la mejor orquesta, la mejor barra, los mejores espectáculos artísticos? Pero, sobre todo, ¿quién lucirá a los mejores negritos, los danzantes protagonistas de la fiesta? Ellos son la alegoría del español de la conquista rindiéndole homenaje al niño Jesús. Recorren las calles de sus respectivos barrios cantándoles a los pobladores. Sobre un impecable terno llevan bandas bordadas con monedas plateadas, sombreros cargados de flores y una campanilla con la que anuncian las buenas noticias. Compiten por llegar temprano a la iglesia y llevar al Niño en procesión. Estas disputas suelen terminar en memorables grescas cuando ambos barrios se 'chocan' en alguna de las cuatro esquinas de la plaza. Las frases y los insultos vienen. Las campanillas y los golpes, también. El alcohol pone lo suyo. El furor colectivo, el resto. ¿Qué hace que cada año los residentes en Lima, Huaraz o Chimbote retornen a Huayán para continuar con este ritual? Asumimos que dos cosas: la infranqueable devoción por el Niño Jesús y el arraigo por la tierra donde nacieron. Don 'Olli', Orestes Rodríguez, uno de los más longevos danzantes, así lo cree. Baila desde 1935, cuando tenía 14 años. Y continuará bailando "hasta que ya no pueda más", dice, recordando cómo con el tiempo ciertas costumbres han ido variando. "Antes los negritos aportaban económicamente para la organización de la fiesta, ahora no es así". Durante los últimos años, son los mismos procuradores (organizadores de la celebración) los que asumen los gastos. Los pasacalles ahora se llenan de globos rojos y verdes, alguna muchacha de viste de Mamá Noela, otro de Papá Noel. Se regalan caramelos en lugar de frutas. Para el rechazo de algunos ("están alterando nuestras costumbres") o el beneplácito de otros ("la fiesta es más colorida"), cada año se incorporan nuevos elementos. Los lentes de sol han reemplazado a las máscaras negras de los danzantes. Hay caprichos naturales, sin embargo, que se mantienen inamovibles: la lluvia del 26 de diciembre, el día de la competencia final, el día donde cada barrio muestra lo mejor de su repertorio. Los negritos esperan con fe que este día todos se mojen. Puede que los días anteriores haya hecho mucho calor pero el 26 siempre llueve. Nadie entiende el porqué. El barro de las calles sin asfaltar y el de la pampa donde se libra la competencia se tornan una mazamorra marrón. Los negros remojan sus zapatos, se revuelcan.

UN LARGO CAMINO

Para llegar a Huayán es necesario burlar la formalidad y tragar polvo. No existe en Lima empresa de transporte autorizada que vaya hacia allá. Es necesario tomar un ómnibus a Chimbote y bajar en ese improvisado terminal que tiene la provincia ancashina de Huarmey. En lo que sigue no hay espacio para la espontaneidad. Hay que dirigirse en mototaxi al paradero de donde parten los carros con dirección a 'la quebrada'. Y esperar. Los únicos vehículos que recorren esa zona son unos viejos ómnibus tipo coaster, con plásticos en las ventanas en lugar de vidrios, asientos maltratados y choferes legañosos de rostros tan agotados como esas llantas que amenazan reventarse. Los horarios de partida dependen de la cantidad de pasajeros, también la carga, que se amontona sin remordimientos sobre el techo. La carretera de Huarmey hacia Huayán es más imaginaria que real. Una traumática trocha que en tan solo 85 kilómetros trepa 2.700 metros sobre el nivel del mar. La dificultad hace que el carro no avance a más de 25 kilómetros por hora. En pleno viaje, como esos taxistas que cuentan sus anécdotas durante el trayecto, los choferes que recorren esta ruta recuerdan en cada curva las veces en las que algunos de sus compañeros cayeron por esos precipicios de piedra y hierba seca. "En las tardes, en ciertas zonas, se escuchan algunos lamentos", dicen los pasajeros. El asfaltado de esta carretera es uno de los sueños rotos de Huayán. Una visita al cementerio resume cada uno de sus muertos: los viejos mueren de enfermedades imposibles de atender en una zona tan distante de la ciudad y los jóvenes mueren de 'accidentes'. Ni Tolerancia Cero ni media tolerancia en esta trocha que atraviesa por lo menos una docena de poblados. Lo arriesgado del viaje hace doblemente gratificante la llegada de los seres queridos. De cada coaster bajan entre 28 y 35 personas. Para Navidad, por lo menos quince de estos carros llegan con visitantes. Solo por estos días la población de Huayán se duplica.

SE HIZO LA LUZ

Don 'Shoshi' vive en Huayán hace 93 años. Odia Lima porque huele feo, los autos lo aturden y el clima lo enferma. Convivió con la oscuridad de la noche hasta hace siete años, cuando la energía eléctrica llegó por primera vez. Con la electricidad llegaron no solo los postes de luz, también la televisión. Muchas leyendas y mitos fueron derribados. El diablo dejó de aparecerse en esos caminos cubiertos de espesa niebla y los hombres de la selva ya no eran imágenes estereotipadas (don 'Shoshi' los llamaba 'chunchos') sino solo personas distintas. Ahora podían verlos en la tele. Descubrieron la existencia de esas otras nuevas y lejanas culturas. Aprendieron a ver telenovelas. Hasta antes del 2000, los habitantes de Huayán se enteraban de lo que ocurría en el mundo por sus familiares de Lima. La luz también trajo sus propios inconvenientes. Al inicio, la empresa Hidrandina instaló un solo medidor. El consumo total se dividió entre cada una de las viviendas. Como era de esperar, pronto esto generó tantos líos que muchos se negaron a pagar. La empresa les cortó la luz y los residentes en Lima debieron asumir la deuda. Las cosas ahora solo aparentan estar mejor: hay dos medidores generales y adicionalmente cada vivienda ha comprado por su cuenta un equipo para controlar su consumo. Un Comité de la Luz es el que se encarga de interpretar esa medición y cobrar lo que realmente corresponde. Pese a ello, cada vez que llueve con intensidad la energía se corta y los pobladores se refugian en sus casas. La lluvia de este último 26 de diciembre sumergió nuevamente a Huayán en la oscuridad, aunque ello no detuvo las celebraciones. Esta fiesta proporciona algo que la falta de electricidad en otras circunstancias hubiera paralizado el pueblo: la necesidad de estar juntos. Solo una vez que la fiesta termine, y los hijos que se fueron se vayan una vez más, una quebradiza soledad invadirá el pueblo con la misma intensidad con la que la niebla se apodera de sus calles. Las casas permanecerán vacías. Aquel paisaje espectral será como alguna de esas ciudades invisibles de Italo Calvino donde no se encuentran ciudades reconocibles, solo apenas inventadas.

MI PRIMER ENCUENTRO (Narración)

Huayan, es un distrito que primero fue de la provincia de Aija; hoy es de Huarmey. Lo conocí cuando solo tenia nueve años, al acompañar a mi prima Margarita, que estudiaba en Aija, de quien me enamoré, porque tenia ojos de capulí, labios voluptuosos como el mito y cabellos castaños, donde cabían todos los rayos del sol. Ella me hizo conocer los encantos de ese pueblo, sus famosos puquiales, especialmente el de muchuar, que una tarde la vi bañándose cual Eva en el paraíso, cuyo cuerpo alabastrino y escultural hizo latir por primera vez, llama ardiente de mi amor, mientras los grillos y ranas, dueños de esa fontana, cantaban en coro y en lo alto del sauce un chihuillo emocionado henchía el buche para cantarle a mi prima. Con ella paseamos por las praderas de Ranchin, Quillimpac, recogiendo los aromáticos añeles y kemish que abundaban en el invierno y el otoño: Percibí la abundancia, vacas de ubres prominentes, gigantes toros aradores y ariscos caballos que se perdían en los pastizales. En la ciudad paseábamos por la celebre avenida “Isme Urán”, muy concurrida en las noches, para liberar deyección, el saúco y la acelga, de anchas hojas, superaban las bondades del papel, comentando entre risas “En este humilde rincón, el más valiente se baja el pantalón”. Ya de joven le pedí darme la gloria del matrimonio. Se alteró ¿No te has mirado al espejo?. Espero un príncipe azul-me dijo-con la coquetería propia de una marilyn monroe. Entonces, contemplé la sonrisa de azucenas de Ángela, sus ojazos grandes como el de Venus de la madrugada y sus cabellos negros en que cabían toda la noche; con ella me casé. Y para consolidar este compromiso llamé a krishna la diosa de la lira, componiendo para ella el huayno…..

“HUAYANITA”
Bordado de lindas flores, entre mitos y añeles está mi bello Huayán, tierra de la prenda mía que con sus tiernos encantos cautivó mi corazón. Huayanita de lindos ojos, que con tu dulce sonrisa reinas en mí pensar, tu serena hermosura envidia causas a las flores que perfuman más y más. Desde mi Aija querida, cruzando valles y montes fui en busca de tu amor, cantando alegremente huayanita mi bien, mi cielo, porque mi dicha eres tu...
Escrito por el Dr. Aureo Sotelo Huerta, en la Revista HUAYAN- 2da Edición 12/2005
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