A propósito del campeonato mundial de fútbol que se viene realizando en África del Sur, el próximo 28 de junio se cumplirán 52 años de aquel mundial en que Brasil se coronó por primera vez, CAMPEÓN DEL MUNDO en SUECIA 1958, y el nacimiento del Rey del fútbol, un joven de 17 años de edad, llamado Edson Errantes Do Nacimiento, más conocido como PELE.
En un partido final y emocionante, realizado en el estadio de Rasunda - Estocolmo-Suecia, Brasil con una contundente goleada de 5-2 al organizador y dueño de casa, llegaba al primer lugar y alcazaba la gloria en dicha competencia mundial, levantando en alto la copa del mundo Jules Rimet, en tierras europeas. Quedaron en segundo lugar Suecia, Francia tercero y Alemania Federal en el cuarto lugar.
La alegría para los campeones sudamericanos fue tan grande e indescriptible. Pelé, la nueva estrella del fútbol mundial, salió llorando del gramado, en hombros de su compatriota y arquero, el gran Gilmar junto a los demás héroes de la jornada histórica, Djalma Santos, Nilton Santos, Bellini, Vava, Didi, Zito, Garrincha, Orlando, y Zagalo.
Este gran acontecimiento fue acompañado por otro hecho histórico, que fue la transmisión del evento por televisión, por primera vez en el mundo. Precisamente, en los paneles publicitarios del referido estadio se difundían grandes avisos de las radios y televisores de marca Telefunken.
En Huayán, así como en otros pueblos alejados de los avances tecnológicos, sólo pudimos seguir el desarrollo de este magno evento deportivo, por medio de nuestros receptores de radio que funcionaban a pilas (ray-o-vac). A este acontecimiento, que nos colocó en el umbral de las emociones a nivel latinoamericano generó, más adelante, una psicosis futbolística y el interés cada vez más fuerte por practicar este deporte de las masas.
Muy pronto las calles y las chacras de cultivo, luego de las cosechas, se convirtieron en improvisados campos deportivos como Markó, una parcela de terreno ubicada entre Pampa y Kellcha. Como balón de fútbol, a falta de uno profesional, era utilizada la pelota de trapo o el popular “pucash” ( vejiga de chancho inflado y forrado con tela). Estos balones rústicos eran a veces mejores porque, a falta de chimpunes o zapatillas, se jugaba con simples sandalias o descalzos. Quién no quería ser un Pelé, un Garrincha o un Gilmar, grandes ídolos del fútbol sudamericano, especialmente los niños y jóvenes de esa gran época.
Pero, para las competencias más formales, la plaza de armas de Huayán se convirtió en un campo deportivo, aunque no del todo plano y sin gras, servia para realizar torneos futbolísticos y de voleibol. En este caso sí era necesario un balón de fútbol real y profesional. Una bola de 12 paños de cuero, era lo ideal, la cual llevaba pasadores para cerrar la boca por donde se introducía un globo de jebe inflable llamado player con pichina, para lo cual era necesario el uso de un inflador. Pobre cabeza si recibía el golpe de la pelota a la altura de este pasador, el cual era similar al de los chimpunes con perillas.
Pero este interés por el fútbol no quedó sólo en estos juegos; los clubes deportivos empezaron a formarse con el fin de realizar campeonatos locales e ínter distritales. Al ya existente Club Deportivo “Once Amigos”, se crearon otros clubes como el “Club Lusitania” dirigidos por el recordado Oscar Gomero, Israel Berrocal y otros más. Alrededor de 1960 se fundó el Club Deportivo Juventud Gloria, promovido, creado y presidido por don Avencio Castillo, y la participación de jóvenes como Juan Berrocal, los hermanos Huané, Aguilar y otros más. Así como Jules Rimet le dió origen y vida al campeonato mundial de la FIFA, don Avencio, no obstante a no tener participación directa como jugador, fue el gran promotor e institucionalista, de su época ,a nivel local.
Este nuevo club de la juventud huayana llegó a conformar un buen equipo de fútbol, otro de voleibol y una orquesta musical; fomentando de esta manera un ambiente agradable y de sano entretenimiento. Las competencias deportivas sostenidas entre los lusitanos y la juventud gloriosa fueron los más disputados y emocionantes de los años 60 del siglo pasado. La plaza de armas, en lugar de un ruedo para una corrida de toros se convertía en un escenario del fútbol huayano, cuyas barras, ubicadas en el atrio de la iglesia y en los balcones de las casas circundantes, alentaban a sus respectivos equipos, como lo hacen hoy en día las barras bravas de la U y del Alianza Lima.
Estos mismos jóvenes que participaron en dichas competencias futboleras, en Lima llegaron a defender los colores huayanos en los torneos que se realizaba anualmente a nivel de distritos pertenecientes a la provincia de Aija, últimamente a nivel de las vertientes. Cómo no recordar a deportistas como el flaco Lucho Berrocal, Cruz Espíritu, Herbert Berrocal y tantos más, quienes dejaron, no sólo sudor en el campo, sino ejemplos deportivos de pundonor y sacrificio para mantener en alto los colores de Huayán.
La continuidad de dicha institucionalidad deportiva de la comunidad huayana en Lima Metropolitana, como el Club Atlético Huayán, Club Deportivo Karkin, Club Deportivo Santa Rosa de Cacap, etc, se debe gracias a nuestros antecesores que nos encaminaron por el buen camino de la cultura y el deporte. Asimismo es oportuno reconocer que los grandes ídolos del fútbol mundial, nacional o local influyen grande y positivamente en la mentalidad deportiva de la niñez y de la juventud en general, promoviendo en ellos la idea de mente sana en cuerpo sano, un gran lema que nunca debemos olvidar.
En el FUTBOL, Huayán también tiene su propia HISTORIA, y los triunfos logrados, también nos llevaron a vivir momentos de GLORIA.
Francisco Castillo Gomero
En un partido final y emocionante, realizado en el estadio de Rasunda - Estocolmo-Suecia, Brasil con una contundente goleada de 5-2 al organizador y dueño de casa, llegaba al primer lugar y alcazaba la gloria en dicha competencia mundial, levantando en alto la copa del mundo Jules Rimet, en tierras europeas. Quedaron en segundo lugar Suecia, Francia tercero y Alemania Federal en el cuarto lugar.
La alegría para los campeones sudamericanos fue tan grande e indescriptible. Pelé, la nueva estrella del fútbol mundial, salió llorando del gramado, en hombros de su compatriota y arquero, el gran Gilmar junto a los demás héroes de la jornada histórica, Djalma Santos, Nilton Santos, Bellini, Vava, Didi, Zito, Garrincha, Orlando, y Zagalo.
Este gran acontecimiento fue acompañado por otro hecho histórico, que fue la transmisión del evento por televisión, por primera vez en el mundo. Precisamente, en los paneles publicitarios del referido estadio se difundían grandes avisos de las radios y televisores de marca Telefunken.
En Huayán, así como en otros pueblos alejados de los avances tecnológicos, sólo pudimos seguir el desarrollo de este magno evento deportivo, por medio de nuestros receptores de radio que funcionaban a pilas (ray-o-vac). A este acontecimiento, que nos colocó en el umbral de las emociones a nivel latinoamericano generó, más adelante, una psicosis futbolística y el interés cada vez más fuerte por practicar este deporte de las masas.
Muy pronto las calles y las chacras de cultivo, luego de las cosechas, se convirtieron en improvisados campos deportivos como Markó, una parcela de terreno ubicada entre Pampa y Kellcha. Como balón de fútbol, a falta de uno profesional, era utilizada la pelota de trapo o el popular “pucash” ( vejiga de chancho inflado y forrado con tela). Estos balones rústicos eran a veces mejores porque, a falta de chimpunes o zapatillas, se jugaba con simples sandalias o descalzos. Quién no quería ser un Pelé, un Garrincha o un Gilmar, grandes ídolos del fútbol sudamericano, especialmente los niños y jóvenes de esa gran época.
Pero, para las competencias más formales, la plaza de armas de Huayán se convirtió en un campo deportivo, aunque no del todo plano y sin gras, servia para realizar torneos futbolísticos y de voleibol. En este caso sí era necesario un balón de fútbol real y profesional. Una bola de 12 paños de cuero, era lo ideal, la cual llevaba pasadores para cerrar la boca por donde se introducía un globo de jebe inflable llamado player con pichina, para lo cual era necesario el uso de un inflador. Pobre cabeza si recibía el golpe de la pelota a la altura de este pasador, el cual era similar al de los chimpunes con perillas.
Pero este interés por el fútbol no quedó sólo en estos juegos; los clubes deportivos empezaron a formarse con el fin de realizar campeonatos locales e ínter distritales. Al ya existente Club Deportivo “Once Amigos”, se crearon otros clubes como el “Club Lusitania” dirigidos por el recordado Oscar Gomero, Israel Berrocal y otros más. Alrededor de 1960 se fundó el Club Deportivo Juventud Gloria, promovido, creado y presidido por don Avencio Castillo, y la participación de jóvenes como Juan Berrocal, los hermanos Huané, Aguilar y otros más. Así como Jules Rimet le dió origen y vida al campeonato mundial de la FIFA, don Avencio, no obstante a no tener participación directa como jugador, fue el gran promotor e institucionalista, de su época ,a nivel local.
Este nuevo club de la juventud huayana llegó a conformar un buen equipo de fútbol, otro de voleibol y una orquesta musical; fomentando de esta manera un ambiente agradable y de sano entretenimiento. Las competencias deportivas sostenidas entre los lusitanos y la juventud gloriosa fueron los más disputados y emocionantes de los años 60 del siglo pasado. La plaza de armas, en lugar de un ruedo para una corrida de toros se convertía en un escenario del fútbol huayano, cuyas barras, ubicadas en el atrio de la iglesia y en los balcones de las casas circundantes, alentaban a sus respectivos equipos, como lo hacen hoy en día las barras bravas de la U y del Alianza Lima.
Estos mismos jóvenes que participaron en dichas competencias futboleras, en Lima llegaron a defender los colores huayanos en los torneos que se realizaba anualmente a nivel de distritos pertenecientes a la provincia de Aija, últimamente a nivel de las vertientes. Cómo no recordar a deportistas como el flaco Lucho Berrocal, Cruz Espíritu, Herbert Berrocal y tantos más, quienes dejaron, no sólo sudor en el campo, sino ejemplos deportivos de pundonor y sacrificio para mantener en alto los colores de Huayán.
La continuidad de dicha institucionalidad deportiva de la comunidad huayana en Lima Metropolitana, como el Club Atlético Huayán, Club Deportivo Karkin, Club Deportivo Santa Rosa de Cacap, etc, se debe gracias a nuestros antecesores que nos encaminaron por el buen camino de la cultura y el deporte. Asimismo es oportuno reconocer que los grandes ídolos del fútbol mundial, nacional o local influyen grande y positivamente en la mentalidad deportiva de la niñez y de la juventud en general, promoviendo en ellos la idea de mente sana en cuerpo sano, un gran lema que nunca debemos olvidar.
En el FUTBOL, Huayán también tiene su propia HISTORIA, y los triunfos logrados, también nos llevaron a vivir momentos de GLORIA.
Francisco Castillo Gomero