Al navegar en la red del BLOG de la Asociación Hijos de Huayán (AHH), es una grata satisfacción apreciar las imágines y videos que muchos huayanos vienen propalando sobre las maravillas de nuestro HUAYAN QUERIDO. Enalteciendo y estampando las costumbres y tradiciones de aquella tierra que nos vio nacer, en donde aprendimos dibujar el esmerado perfil de las primeras letras. Con tal motivo, quiero expresar mis felicitaciones y aplausos al consejo directivo de la AHH por instituir este Blog, también a toda las personas que se han esmerado en insertar imágines y escribir sus buenos deseos, permitiendo un camino hacia el horizonte lúcido y amplio para todo los huayanos, que afanosamente buscamos la unidad y la cohesión social entre todos.
Leer los artículos de Olgger Anaya Garro, nos conmueve profundamente, quien como siempre, preocupado por la situación en que se encuentra nuestro terruño, se explaya con un sentimiento íntegro, capaz de arriesgarse a las dificultades que encierra el pueblo. Leer a Francisco Castillo Gomero, que escribe con ese sentimiento que caracteriza a su persona, con esa fuerza misteriosa que siente nostalgia desde tierras lejanas, recordando las festividades del 28 de Julio y el amor que siente a sus padres. El nos habla sobre la “Mistura Huayana”, poniendo ejemplo sobre la variedad de la gastronomía peruana como: “el chancho a la brasa, rocoto relleno, chaufa de quinua, picante de cuy, los deliciosos panes (los cuhuaes) hechos de trigo serrano y manteca natural”. Francisco, desde Lima-Perú, te deseo suerte y éxito en tu trabajo allá donde te encuentres (Texas, EE.UU), un fuerte abrazo a la distancia. También el artículo de Elvis Ita Quiroz nos da mucho gusto, quien en su afán de encontrar alguna solución a los problemas, busca y reclama el aporte valioso de las personas de la “guardia vieja”, y se manifiesta con mucha hidalguía sobre las irregularidades que ha observado en la administración municipal.
Estas y otras personas vienen propagando la situación neurálgica que atraviesa nuestro pueblo, debido a los cambios climatológicos que han diezmado los cultivos agrícolas, que impide la superación y el nivel vida en mejores condiciones. Todo esto está motivando dar un viraje en las estrategias que se han emprendido hasta el momento, que no nos permite salir de la sombra y la angustia del momento coyuntural, que constituyen de cuidado en la situación social y económico propias de nuestra realidad. Esta situación nos inquieta sobremanera para retribuir lo que Huayán hizo por nosotros, debemos exteriorizar el amor y el cariño que sentimos por aquella tierra, que bajo sus alas áureas nos cobija y brinda abrigo tierno cada vez que llegamos, sopesando ante tan incierta y espantosa situación en que se encuentra, golpeado por la inclemencia del tiempo y que va de la mano con la desunión que gravita a la sociedad huayana, ante la mirada distraída de algunas personas. Nuestro propósito debe ser crear y fomentar un espíritu de entendimiento, de fraternidad, de comprensión mutua y, la unión de todos los huayanos debe ser inminente, sin mancillar la dignidad de las personas. Entonces, podemos emprender por la grandeza y el bienestar de la población.
Hay cosas que nos exalta de alegría, como también hay cosas que nos recuerda de aquellos años cuando empezábamos a caminar por la pendiente áspera de nuestro destino, abandonando el dulce hogar de nuestros padres, donde nos forjamos, donde nos inculcaron el amor a la tierra y los valores morales. Lo que si tenemos por instinto, por más lejos que nos encontremos, es que no podemos olvidar jamás la Tierra donde nacimos, la Tierra donde nos hicimos hombres. Ese sentimiento es lo que impulsa a nuestros corazones para recordarla siempre, ya que pertenecemos a ella, como si fuésemos parte de su cielo y de sus bellos paisajes. Aquella tierra donde nacimos, siempre nos subyuga, nos domina y recrea nuestra mente con reminiscencias que afloran nostalgias, tristezas y dulces recuerdos de nuestra infancia.
Nuestra Tierra, así nos ata de manera sutil, procedemos de un mismo tronco, aunque esta haya echado infinidad de ramas. Por angas o por mangas todos somos parientes, tenemos las mismas tradiciones y costumbres, profesamos la misma fe en la Inmaculada Concepción “La Virgen María”, nuestra patrona espiritual; hablamos el mismo idioma, tenemos el mismo objetivo, las mismas prioridades de ver a nuestro pueblo crecer pujante y próspero en el escenario de los pueblos de las vertientes del Pacífico.
A través de estas líneas, expreso mis cordiales felicitaciones al señor CPC NOUMAN Orellana Espíritu, presidente de la AHH y al consejo directivo, a quienes les deseo los mejores augurios en la administración de la vida institucional período: 2010-2012. Un saludo fraterno a mis paisanos.
Vicente Huerta Amancio